Tu caminar.
Tu mirar. Tus ojos sínicos, lleno de mentiras y vidas falsas que creaste. Ese ser
indeleble, impactante, ese alter ego que creaste, el que se movía con gracia
por el espacio en el que pasaba, florecían las rosas, el sol brillaba, y la
luna resplandecía con tan solo lanzar al aire esa risotada con tus dientes que
parecían en aquellos entonces perfecto. El pelo con gracioso movimiento,
inmaculado, pulcro, puesto tal cual cincelado del más fino mármol de la más
fina cantera , los movimientos lánguidos, como arrastrados en el tiempo.
¿Recordás aquel
oscuro lugar donde corríamos a nuestras anchas? Vos sin duda con más gracia que
yo. Aquel lugar donde salíamos a escondernos de quien sabe que de la ciudad. Ese
oscuro lugar, lleno de humo, con círculos como infierno de Dante. Lo que
tocabas era oro. Ese era el lugar perfecto para caminar como caminabas, para
ver como veías, para hacerte la vida o las vidas que quisieras. Parecías invencible.
Yo me había acostumbrado a tener que vivir viéndote victorioso de cada una de
tus batallas. Ver tu brillante armadura. Tal vez no era el único que dejaste maleado
de cegua.
Pero era
eso lo que te hacía brillar. Lo que ofrecías. Una personalidad diferente a cada
uno. Habíamos quienes veíamos tu rastro de destrucción, de más humo, de
más promiscuidad, de encuentros en la esquina, de tu desesperación de atención,
de tu inmundicia humana, de todos tus errores, de todas tus mentiras, de todos
los que pretendiste ser sin siquiera intentar serlo.
"...Y hacía que
á todos, á los pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se pusiese
una marca en su mano derecha, ó en sus frentes”. Solía decir que tenías
la palabra puta en la frente. Cual marca. Pero poco importaba cuando tus movimientos
graciosos engañaban a más de los que desengañabas. Y tuviste justo lo que te
merecías. Tu reinado parecía interminable… pero terminó el día que recibiste tu
marca bien habida y recibida. Cada hendidura, cada centímetro relata tu
historia de puta. De cama en cama, de boca en boca, casándote virginal. ¿Cuántas
veces fingiste tu dolor? Solo mentiras. Vete al espejo y lee lo que yo leo en
tu frente. Puta.