martes, 26 de julio de 2011

El Problema Nicaragüense

Todos los países tienen una nostalgia por aquellos días de gloria de oro. Aquellos días donde el litro de leche costaba 10 centavos, y se comía un filete por menos de 5 pesos. Aquellos días de mi país eran cuando no habíamos probado la dura realidad del marxismo leninismo de extrema izquierda. Podemos enumerar los problemas de Nicaragua y las desfortunas que ha tenido durante toda su historia (Nicaragua ha sido el país con mas invasiones extranjeras, en especial estadounidense en el mundo) pero lo extremadamente raro es que todos los problemas se reducen a un nombre y un apellido… Daniel Ortega.

Cuando el pueblo egipcio comenzó su insurrección popular la diplomacia de Estados Unidos dijo una frase que se me ha quedado desde entonces “Aplaudimos el deseo del pueblo egipcio de tomar su propio destino y autodeterminación en sus manos, y de buscar através de sus herramientas los mismos valores de libertad que gozamos en América” (por América quisieron decir Estados Unidos.


Hace 32 años el pueblo de Nicaragua tomó su autodeterminación en sus manos, y dijo basta a una dictadura hereditaria, patrocinada por el gobierno de Estados Unidos, donde los derechos humanos eran escasos pero el progreso económico era abundante. Creo firmemente que ningún pueblo debe de intercambiar sus derechos humanos y libertades básicas como son de protestar y criticar a su gobierno por un desarrollo económico copioso; sin embargo esa era la receta de nuestro viejo dictador. Nicaragua fue lo suficientemente valiente a poner un alto, y enfrentarse a una maquinaria inmensa de represión para exigir libertades y valores que todo pueblo debe de gozar.


Mi pueblo, nuestra nación, atreves de miles de litros de sangre derramada tuvimos una oportunidad única en el mundo: El poder inventar un país, una sociedad, restaurar la nación y el concepto de ciudadanía cuando nuestra revolución triunfó el 19 de Julio de 1979. Todo rastro de represión del antiguo gobierno se fue literalmente volando de nuestro amado territorio. Toda institución, desde la policía, hasta ministerios, pasando por el ejército, fuerza naval, leyes, reformas agrarias, leyes fiscales, laborales, todo sin excepción quedó borrado. Cientos de libros, ensayos, poemas, canciones fueron escritas sobre el valor de un pueblo reprimido y la esperanza de re-inventar una sociedad… Nicaragua.


Nuestra amada revolución fue robada, secuestrada por un partido político que en si mismo fue secuestrado por un hombre paranoico, loco, obsesionado con su imagen personal, elevado por su mujer a un estatus de Dios salvador, al punto de ofrecer en sus campañas que Nicaragua va a ser llevada a la “tierra prometida” a través de su gobierno. Al punto absurdo de comparar sus actos políticos con misas. Nicaragua solo tiene un problema, Daniel Ortega, su presidente.

domingo, 3 de julio de 2011

Amor de Verano

Aquellos amores de verano. Amores que las personan recuerdan lejanos, de repente no por la persona con quien compartieron esas noches calurosas, sino por aquella sensación romántica de que las cosas no cambian, que las cosas no se terminan, que las cosas continúan tal y como las vivimos en ese momento. Y lo que hace el amor de verano realmente especial es que se nos olvida que el verano es una estación que tiene un día que termina. Esto es solo un episodio de una historia de amor de verano que le vivieron dos personas hace ya hace muchos años.

Se sentían en la cúspide de sus vidas, y de verdad es que no hay razón para pensar lo contrario. Siempre habían buscado el amor, la estabilidad y responsabilidad de una vida en pareja… no les había ido bien en esa búsqueda interminable. Pienso que ninguno de los dos sabe ahora porque pensaban encontrar algo tan importante cuando apenas eran unos adolescentes recién entrenados en sus veinte. Se pensaban a si mismos como lo suficientemente maduros. Y aunque no habían tenido suerte en su búsqueda, los dos seguían empecinados en seguís buscando.

Eran guapos, tenían dinero, sus amigos lo querían, iban a los lugares de moda, y ahora que recién entraban en el mundo amplio de la soltería se enteraban de cuento llamaban la atención, de cuento era deseados. Y aunque no fue amor de primera vista, su amistad creció rápidamente, y antes de terminar la noche los dos se veían con otros ojos. Sus fracasos sentimentales fueron rápidamente remplazados por altas horas de la noche en la calle de su destruida ciudad, por entradas a clubes de moda, de planes de brunchs, y sus sonrisas cómplices que delataban sus planes después que salieran en la madrugada de la disco juntos.

Los días pasaron rápidamente y aunque hubieron dramas acarreados por sus fracasos anteriores, y los traumas, las mentarías, y aquella sensación hormonal que hace saltar al corazón cuando sabe que la noche se acerca y una vez más la historia se repetirá entre tragos, música y amigos. Todos callaban pero sabían lo que estaba pasando. No se necesitaba de anteojos para poder ver las miradas entre ellos. No tenían porque tomarse de la mano, solo bastaba con sus sonrisas mientras uno atrapaba al otro viéndolo más de lo normal. Y de esa manera la historia de amor se escribió en cada lugar de la ciudad. Entre lo clandestino y lo público. Entre calles y cuartos. Entre fracasos y esperanzas.

Un día decidieron ir al mar a media noche. Quedaría a menos de una hora manejando. Uno de ellos había mencionado que quería ir al mar antes que terminara el verano, y aun no teniendo en mente la mortalidad del verano, el otro pensó que sería una buena idea ir. En medio de la semana, en medio de la noche, tomaron el camino sin pensar las cosas con la parte del cerebro que te da la lógica. Y cuando llegaron a la playa desierta parecía que todo había sido sacado de una fantasía. Y es que algunas veces en verano cosas así pueden pasar. Las estrellas eran de a millones en un cielo azul oscuro, y aunque todo lo que estaba al alcance estaba camuflado por la absoluta oscuridad, los dos se podían sentir cerca uno del otro. Las olas se escuchaban reventando en la orilla, ocasionalmente podían ver una tenue línea blanca de éstas. No se podían ver la cara pero uno de ellos sabía que el otro tenía lágrimas. Se abrazaron. Y así las arenas oscuras fueron testigo de ese amor condenado a un verano mágico.

En los amores de verano siempre hay una persona que termina siendo más consiente de la caducidad de todo aquello, y siempre esta la otra persona que piensa que el amor es tan fuerte que transgredirá la magia del verano. En un par de semanas, los dos lloraban al acabar el verano. No había más que hacer, las fiestas y los tragos, la complicidad y la clandestinidad habían llegado a su fin. Creo que el amor de verano no es importante por la persona, sino por el lo lejos de la noción mágica de una vida sin preocupaciones, de fiestas simples, y de relaciones intensas. No se si haya edad para que tu primer amor de verano llegue, pero si sé que el amor de verano solo pasa una vez en la vida, y aunque llegues a casarte con el amor de tu vida, y ames tanto tu nueva relación, cada verano recordaras el cielo con millones de estrellas y la arena bajo tus pies de tu único amor de verano.