jueves, 6 de septiembre de 2012

El árbol que se sentía reprimido cuando todos lo pensaban dignificado.


Siempre me ha gustado pensar en el aire como un punto geográfico mesurable y con conciencia, y de esa misma rara manera he visto a los árboles como seres consientes que guardan toda su experiencia adquirida por su inmovilidad. Experiencia que yo traducía como sabiduría.

Desde el inicio de su historia este árbol había sido germinado alimentándose de nada más que la tierra misma. Quien sabe hace cuantos años. De seguro muchos antes de haber visto a los primeros habitantes de la playa. Me imagino las primeras imágenes del árbol. Ver gran pedazo de vista. Las olas romper una tras otras enmarcadas por montañas de mas árboles. Podía ver los misterios de la inmovilidad, la vida como estaba destinada a ser sin los humanos. Lo único que escuchaba era el viento y las olas al romper. Nada más.

Ahora el árbol fue ocupado como parte de la decoración del lugar. En medio de la construcción de madera para turistas de bajo presupuesto y en búsqueda de su yo interior. Un ambiente seguro para cuando los niños en su búsqueda personal se cansen de la verdadera naturaleza y puedan llegar a un lugar con sábanas limpias sin aun perder la apariencia que están a la intemperie.

Todos aclaman al constructor, dueño, diseñador. Salvarle la vida al árbol incorporándolo a la construcción. Que sea el tema central de su hotel, bar, restaurante, hostal. Creen que el árbol ha salvado su vida y ahora ha llegado a ser dignificado. ¿Dignificado por que la raza humana lo considere así?
Admiran el hecho de que al árbol ahora consta con un enchufe eléctrico incorporado, y ahora no solamente es parte del ambiente e interior del lugar si no que ahora era una decoración funcional. Todos los niños con sus blogs (ya sé lo que están pensando) conectaban sus portátiles al árbol para poder escribir inspirados entre alcohol, falta de responsabilidad y futuro, drogas y lujuria como se veía el atardecer en ese momento. Justo frente a la playa.

Pobre mi amigo árbol. Una vez vi que en Guantánamo un método de tortura (o como nos han enseñado a decirlo “métodos amistosos de persuasión”) en donde encierran al prisionero en una suerte de celda y le ponían una canción de rock pesado una tras otra y otra vez. Las personas (generalmente no hablan inglés no sabe cuándo empieza o termina la canción) y eso básicamente los vuelve locos. Pienso de esa misma manera con este árbol. Luego de haber pasado décadas escuchando nada más que las olas ahora se encuentra a hippies tontos hablar sobre cuál es el problema del primer mundo y como componerlo. Pobre. Según él… ha tocado fondo. Para nosotros estaba dignificado… le hemos salvado la vida. Buena dignificación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario