miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Se vale ser feliz si nadie nota tu felicidad?


Está bien, ahora tengo todo este tiempo libre para venir y revalorizar mi vida, pensar un poco en mí, planear algo por mi mismo para mi futuro, pensar que es lo que quiero hacer, para donde ir y a quienes conocer. No recuerdo con exactitud hace cuanto no sentía tanto tiempo entre mis manos. No creo que sea el momento justo para mí para comenzar a buscar una vez más el amor, tampoco estoy muy seguro de haberlo encontrado antes. No creo que sea capaz de encontrarlo, y conozco el cansancio físico y emocional que deja una cruda carrera hacia el noviazgo. Y es que parece que nuestra sociedad esta programada para vernos junto a alguien.


“Yo quiero que seas feliz, verte feliz… que encontres a alguien” No se cuantas veces he escuchado eso. Como si mi felicidad, nuestra felicidad, este determinada solo por el hecho de estar junto a alguien tomado de la mano. Yo pasé casi cinco años junto a alguien y hubieron momentos que no recuerdo haber sido más infeliz, desdichado, luchando contra la corriente. ¡Está bien! Hubieron buenos momentos, pero ¿Vale la pena? No quiero creer que mi felicidad este condicionada a una relación. ¿Se puede ser feliz solo? No hay tristeza más grande, que estar contento (no precisamente feliz) con tus amigos, estar cómodo con el modesto progreso que has hecho para afrontar el mundo solo, con un trago en la mano, disfrutando el segundo que te tocó vivir, y de repente venga alguien y te diga “espero que seas feliz y encontres a alguien”. ¿Qué demonios tengo que hacer para que me vean feliz? Y es que la sonrisa se desdibuja, el trago de repente te supo amargo, se te fue el hambre al carajo, y te dieron ganas de ir corriendo a tu cuarto y tirar todas las cosas al piso. ¿Es posible ser feliz sin alguien?


No quiero estar en ninguna relación. ¿No se supone que uno tiene que disfrutar su juventud? Bueno, eso es justamente lo que planeo hacer. No recuerdo haber sido completamente feliz en ninguna relación, y de repente lo más cerca de la felicidad que he estado es ahora. ¿Pero de verdad es felicidad si la demás personas no lo notan? ¿Si te creen infeliz, seco, amargado, abandonado? ¿Hace ruido un árbol al caer si no hay nadie que lo oiga? ¿Qué tan grande debe ser mi sonrisa, que tan bien vestido tengo que estar, cuantos amigos tengo que tener, cuantas veces tengo que salir, para que puedan pensar que no la estoy pasando tan mal? Y es que no importa que excusas des, desde “Estoy mejor solo” hasta “Quiero darme mi tiempo para conocer a la persona adecuada y no cometer los mismos errores”, siempre van a pensar que solamente es una excusa, que estas aun desolado, que nadie te hace caso, que pueden oler la desesperación a kilómetros de distancia.


Viene un día y dices (y ojo que esto me ha pasado) que has conocido a alguien, que crees es el adecuado. Todos te felicitan (como si te acabas de graduar o es tu cumpleaños) “Por fin ha encontrado a alguien, temíamos que terminara cortándose las muñecas” de seguro habrán pensando. Nadie muestra preocupación de que tal vez sea demasiado pronto, que tal vez es mejor conocer a la persona, que tal vez no sea una buena idea. Y es que tu salud emocional está íntimamente ligada a la pareja que tengas. No sé si yo ya me habré creído esa. Una mentira que se dice millones de veces termina siendo verdad.¡Está bien, se fue! No sé quien le hizo un favor a quien, yo a él por aceptarlo (al fin) o él a mí por de verdad irse. Ahora me sobra un poco más de dinero al fin de la quincena, tal vez me haga aquel facial que siempre quise pero nunca pude costear, o aquella camisa que me encanta, o simplemente disfrutar un helado con un amigo, unas cervezas con la familia, o simplemente la tranquilidad de ir a misa con los padres. Nunca había ido al cine solo, tal vez lo intente. Y es que posiblemente no sea feliz, pero ¿Quién de verdad lo es? Pero si estoy cómodo. Al único que debo de aguantar es a mi mismo, yo me cuido solo, siempre lo he hecho.


¡Claro! Siempre van a haber esos fantasmas chocarreros que merodean alrededor tuyo, esas minas que están regadas por toda la ciudad, pero esas minas tal vez no sean recuerdos de él, incluso me atrevería a decir que ni siquiera las minas son él. Son simplemente esas personas que quedan viendo con cara de preocupación de que vas a hacer con tu vida ahora que él te dejó. Que piensan que hay que estar con alguien para poder completar la parte que te hace falta. Algo que siempre me ha resultado chistoso… no recuerdo haber nacido incompleto. Esas personas que pueden llegar a comentar lo feliz que es la otra persona, los planes y nuevos sueños de la otra persona. “Lo vi en tal lado, me presentó a…” ¿Cuál es el propósito? Claro, no hay nada que podes responder ¿“Yo estoy bien, cómodo solo, quiero darme mi tiempo para conocer a la persona adecuada y no cometer los mismos errores”? No creo que sea una repuesta muy satisfactoria para la otra persona. Siempre van a pensar que estas destrozado. ¿Qué destroza más, la noticia que te dan o ellos al pensar que estas al borde el suicidio?


La verdad no recuerdo que el amor me haya quitado los dolores de cabeza en la noche, más bien ahora que no lo tengo mucho menos razones para perder el sueño. Y es que si el amor de verdad te quita el estrés del mundo, te hace dormir mejor, y te da seguridad que puedes continuar el día de mañana, posiblemente nunca estuve enamorado. Quien sabe, solo digo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario